Pigmalión, un rey chipriota que poseía una extraordinaria habilidad para la escultura. Sus obras eran tan hermosas y realistas que parecían personas vivas. Sin embargo, Pigmalión se sentía profundamente desgraciado, ya que a lo largo de su vida había tratado de encontrar a una mujer conforme a sus expectativas, sin lograrlo.
Por este motivo, el rey artista decidió esculpir una estatua que representase a aquella mujer que tanto ansiaba encontrar. Mas el hombre cometió con ello un terrible error: su obra era tan bella y perfecta que acabó enamorándose perdidamente de aquel pedazo de piedra esculpida. La Fortuna, sin embargo, le sonrió por primera vez: Afrodita convirtió a la estatua en una hermosa muchacha, Galatea, que se convirtió en la esposa de Pigmalión.
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